miércoles, 26 de agosto de 2015

Racionamiento en dos tiempos



Los venezolanos, que están inaugurando el racionamiento, pueden tener una idea engañosa sobre su alcance y perspectivas y llegar a pensar que éste es mejor que las largas colas, por lo que es necesario transmitirles la experiencia cubana.

El 12 de marzo de 1962 se dictó en Cuba la Ley No. 1015: "Sobre la mejor distribución de los abastecimientos", que en el tercer Por Cuanto se refería "al brutal cerco económico dirigido por el imperialismo norteamericano" y en el siguiente expresaba textualmente:

"Esta situación de escasez relativa de ciertos artículos ha sido utilizada por elementos antisociales y contrarrevolucionarios para especular unos y fomentar otros campañas dirigidas a promover el acaparamiento y a fomentar la incertidumbre de los consumidores respecto al suministro de artículos cuya existencia es sin embargo suficiente para cubrir el consumo actual."

En correspondencia, se emitió una Resolución que determinaba la cuantía del racionamiento para todo el país -por persona al mes- de los artículos siguientes: dos libras de grasa comestible, aceite o manteca de puerco; seis libras de arroz; 13 y media libras de frijoles de cualquier clase, garbanzos, chícharos o lentejas.

Para las principales ciudades: una pastilla de jabón de lavar por persona al mes, un paquete mediano de detergente al mes, una pastilla de jabón de tocador por persona al mes -que según expresó Fidel Castro en un discurso alcanzaba para bañarse economizándolo bien-, un tubo grande de pasta de dientes cada dos personas.

Pero había artículos regulados exclusivamente en la gran Habana: tres cuartos de libra de carne de res por persona a la semana, un pollo de dos libras netas por persona al mes, media libra de pescado de escama limpio y en ruedas por persona cada 15 días, cinco huevos por persona al mes, un litro de leche diario por cada niño menor de 7 años y un litro diario por cada cinco personas mayores de 7 años, tres y media libras de viandas a la semana por persona, dos libras adicionales de malanga semanal para cada niño menor de 7 años y un octavo de libra de mantequilla por persona al mes.

Todo fue menguando paulatinamente. Para el mes de febrero de 2015, por cada consumidor, en La Habana se distribuyeron: siete libras de arroz, diez onzas de granos, tres libras de azúcar blanca, una libra de azúcar prieta, media libra de aceite y cuatro onzas de café para mayores de 7 años. Además, a los municipios que les tocara, se iba a entregar una libra de pollo para mayores de 14 años, media libra de mortadela, una libra de picadillo de res para menores de 13 años, cinco huevos y 11 onzas de pollo por pescado.

Lo que se distribuye en la actualidad en Cuba no alcanza para una semana y las familias deben adquirir el resto a elevados precios en los mercados agropecuarios o en las tiendas recaudadoras de divisas. Y con salario medio mensual que según fuentes oficiales, en 2014 ascendió a 514 pesos, que equivalen a 20,56 pesos cubanos convertibles.

Los venezolanos deberían mirarse en este espejo y avizorar lo que les están preparando.

Arnaldo Ramos Lauzurique
Diario de Cuba, 19 de febrero de 2015.
Foto: Tomada de Cubanet.

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