viernes, 13 de marzo de 2015

Ser o no ser... ilegal



Hace 12 años, Yosniel comenzó a realizar sus primeras fotos y videos pornográficos con un teléfono Nokia de segunda generación. Eran desnudos cursis y grabaciones caseras chapuceras.

“Las primeras fotos que hice eran selfies de desnudos míos o en pareja. Luego comencé a trabajar con un italiano que frecuentemente viaja a Cuba a producir filmes pornográficos comerciales. De un tiempo acá he montado un pequeño negocio. El sexo siempre resulta rentable. Las leyes y el puritanismo de la sociedad los prohíbe. Pero por debajo de la mesa muchos lo consumen. En la Isla, al no existir bayúes, cabarets de nudismo y prostitución legal, el negocio es una mina de oro. La materia prima, prostitutas, travestis, lesbianas y gay sestán ahí. En un futuro, la pornografía cubana será líder en el Caribe”, augura Yosniel.

En una casa en las afueras, Yosniel ha montado un estudio para sus locaciones y sesiones fotográficas. Tiene dos cámaras de alta definición y un PC Apple pasado de moda para editar las filmaciones.

“Algunos equipos me lo han donado extranjeros que vienen a la Isla a filmar pornografía. Otros los he comprado en el mercado negro. El gobierno debiera legalizar la prostitución en determinados áreas, como en Holanda o Suiza. Prohibirla es una tontería. Un segmento amplio de turistas y cubanos adinerados son clientes asiduos. Cobrarían un impuesto razonable y las chicas tuvieran garantías legales y certificados médicos. Mi sueño es vender mis producciones en el mercado de Estados Unidos. Si pudiera obtener un crédito de algún banco estadounidense sería maravilloso. Pero me temo que lo que hago también sea ilegal en la yuma", afirma.

Los proxenetas, jineteras, pingueros y personas que realizan fotos y videos pornográficos son acosados por la policía especializada. No pueden sindicalizarse y sus empresas no cuentan en la hoja de ruta promulgada por Obama para empoderar al cubano de a pie.

Raciel, dueño de dos antenas satelitales ilegales que conectan a medio centenar de casas en la parte antigua de La Habana, ha leído con lupa esa hoja de ruta emitida por la Casa Blanca.

“Creo que muchos de los actuales negocios ilegales clasificamos para adquirir créditos gringos. Solo en Cuba somos clandestinos. En cualquier nación existen empresas de antenas satelitales, venta de ropa al detalle o cines 3D, por poner tres ejemplos de negocios prohibidos por el gobierno. Aunque están disgustados con el sistema, por temor, la mayoría de los ciudadanos no quiere enrolarse en la disidencia. Sin embargo, estén a favor o en contra Raúl Castro, alquilan el ‘paquete’ o compran carne de res en el mercado negro”, señala Raciel.

Quienes ofertan los famosos ‘paquetes’ -ediciones audiovisuales con programas de canales estadounidenses, españoles, colombianos o del cine independiente cubano-, caminan por el filo de la navaja.

“Estamos en un limbo jurídico. Por eso no queremos llamar la atención de las autoridades, incluyendo noticias disidentes o denuncias sobre derechos humanos en los 'paquetes'. Sería maravilloso si pudiéramos adquirir equipos o pedir créditos en Estados Unidos. Pero tenemos fecha de caducidad: cuando el gobierno abra las puertas a internet y la televisión por cable, tendremos que colgar los guantes”, apunta Nora, informática que se dedica a editar los comerciales en telenovelas y seriales que vienen en los ‘paquetes’.

Es amplio el registro de negocios que el gobierno prohíbe. Desde juegos de azar hasta las discotecas privadas. Según Sergio, economista, se calcula que unas 100 mil personas trabajan en la economía negra o sumergida.

“Es la tercera fuerza laboral, después de los empleados estatales y trabajadores por cuenta propia. De seguir los altos impuestos, emprendedores privados con licencia pasarían a desempeñarse por la izquierda. Es una puerta giratoria muy utilizada en el país. Algunos de estos negocios solo son ilegales en la Isla. Otros, como las drogas, prostitución o piratería de videos y clonar señales de antenas satelitales también son prohibidos en Estados Unidos. Me pregunto: qué tipo de sociedad civil quiere potenciar Washington? La disidencia tiene un atractivo discurso de futuro, pero la gente no confía en ellos. Es que los opositores viven en otra dimensión. Hablan del pueblo, pero hace años que no trabajan, ni siquiera como cuentapropistas . Y los líderes se la pasan viajando, igual que cualquier funcionario del gobierno”, acota el economista habanero.

Consuelo, 70 años, vende cantinas de comida ilegales. “Sería bueno acceder a créditos o importar alimentos directamente desde Estados Unidos. Pero no creo que este gobierno lo acepte. Los negocios ilegales estamos atrapados por los altos impuestos y las prohibiciones. Y cuando se abra el comercio, los monopolios yanquis nos arrollarán”, comenta mientras en su calurosa cocina prepaara un potaje de frijoles colorados.

Para Raudel, taxista clandestino que por las noches alquila por los alrededores de céntricos restaurantes de la capital, la licencia estatal es un estorbo.

“Además de pagar abusivos impuestos, hay que darle dinero a inspectores y policías corruptos. Cuando un turista se monta en mi auto, no le importa si tengo o no mis papeles en regla. No creo que tras el giro diplomático del 17 de diciembre las cosas cambien demasiado en Cuba. Lo bueno del turismo americano es que paga mejor. Ya eso es algo”, afirma.

Iván García

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